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ALFREDO DI STEFANO LA SAETA RUBIA

  • inventivaaudiovisual
  • 29 ene 2015
  • 2 Min. de lectura

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Al celebrar los 88 años de vida, saliendo de un restaurante, ubicado cerca del estadio Santiago Bernabeu en Madrid, falleció este monstruo del futbol, que compartió puesto de honor al lado de otros grandes.

Los especialistas y comentaristas deportivos, lo han ubicado al lado de Pelé, Maradona y Cruyff, la constelación más destacada de jugadores de este deporte, que despierta el entusiasmo de millones de aficionados, esparcidos por los 5 continentes.

Desempeñaba al final de sus días, la presidencia honorífico Real Madrid, en el cual hoy juega el colombiano James Rodríguez. Di Stefano ingresó como jugador al equipo Real Madrid, el 28 de Septiembre de 1958. A su muerte, una estela gris, cubre de dolor a los directivos supremos y de su equipo, acompañados por los millones de seguidores del deporte.

Un problema coronario se lo llevó al otro mundo, para su descanso eterno.

Había nacido en la ciudad de Buenos Aires, Argentina el 4 de Julio de 1926. En uno de los equipos tradicionales de esta ciudad, el River Plate inició la carrera de éxitos como jugador de este equipo, fue contratado por los directivos del equipo colombiano Los Millonarios, en donde jugó varios torneos, que llevaron a este club a conquistar varios campeonatos, en la gloriosa época para el futbol colombiano, denominado: El Dorado, este lucimiento trascendió hasta Europa en la cual varios equipos se interesaron en sus servicios de futbolista.

Finalmente, fue contratado por el Real Madrid, equipo en el cual jugó desde el año 1953 hasta 1964; anotando la cantidad de 308 goles.

Posteriormente jugó en el equipo español de Barcelona, donde alineó hasta el año 1966. En el año de 1956 consiguió la nacionalidad española, oportunidad que le permitió ganar 5 copas de Europa de clubes campeones, en forma continuada desde 1956 a 1960.

Con su colaboración, ganó su equipo 8 ligas españolas, una copa intercontinental, una copa de España y dos copas latinas.

Individualmente conquistó el balón de oro en 1957 y 1959.

Fue el máximo goleador de la competida liga española.

En el año de 1947 ganó el campeonato Sudamericano.

Curiosamente, siendo gran lástima no pudo participar en un campeonato mundial de futbol.

Se le colocó el apodo de la Saeta Rubia, gracias a la velocidad con la que lograba gambetear a sus adversarios para llegar al arco contrario.

Quien escribe este comentario, tuvo la gran suerte de verlo jugar en varias oportunidades, cuando se enfrentaba a los equipos de Cali y Medellín.

Loor a este capitán y clásico del futbol que hoy llora su ausencia.

Paz en su tumba.

Pedro Nel Urrea

Diciembre 2014


 
 
 

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